La necesidad de un nuevo contrato social, que sólo podremos alcanzar mediante un proceso de diálogo democrático abierto y plural, resulta cada vez más urgente para enfrentar las diferentes crisis que nos asolan: polarización, cambio climático, desigualdad, guerra, entre otras.
Se trata de retos complejos que ponen de relieve que el actual contrato social que se gestó a raíz de la II Guerra Mundial, ya no es capaz de dar una respuesta que garantice la justicia social en la Europa del siglo XXI .