La ciudadanía donostiarra valora con un notable alto el grado de satisfacción sobre la vida en la ciudad, la seguridad y la confianza en la gente de su propio barrio. Califica, además, como muy positiva su situación personal, las infraestructuras y servicios municipales y los aspectos medioambientales. Entre los aspectos menos valorados, figuran el acceso a la vivienda a precios razonables o las conexiones aeroportuarias de la ciudad.